miércoles, 16 de marzo de 2016

Imperialismo en Mexico.

1821–1823 

El Imperio Mexicano fue un Estado independiente que nació a partir como resultado del movimiento independentista de Nueva España. México fue la única nación independizada de España que adoptó un régimen monárquico después de su independencia. El período histórico del Primer Imperio mexicano comprende de la firma de los Tratados de Córdoba en 1821 hasta la proclamación de la República federal en 1823. En 1863 se estableció un Segundo Imperio Mexicano. 

El territorio del Imperio Mexicano correspondió al antiguo virreinato de Nueva España con excepción de las capitanías generales de Cuba, Santo Domingo y Filipinas. Las provincias de la Capitanía General de Guatemala se anexaron después al Imperio mexicano. El primer y único monarca de este estado fue Agustín de Iturbide, con el nombre de Agustín I de México. 


Segundo Imperio Mexicano 


Maximiliano I (Viena, 1832-Santiago de Querétaro, 1867) fue el único monarca del Segundo Imperio Mexicano. Su nombre completo fue Fernando Maximiliano José María de Austria, y también es referido en algunas fuentes como Maximiliano de Habsburgo. Fue archiduque de la Casa de Habsburgo, hermano del emperador austriaco Francisco José y consorte de la princesa Carlota Amalia de Bélgica. En 1857 Maximiliano fue nombrado gobernador de las provincias italianas de Lombardía y el Véneto, pertenecientes al Imperio austrohúngaro; y, como tal, sufrió el ataque del Piamonte, que, con el apoyo militar del Segundo Imperio francés, le arrebató la Lombardía y puso en marcha la unificación de Italia en 1859. 

Desde entonces se retiró de la vida pública, dedicándose a viajar y estudiar. En 1863 Maximiliano volvió a entrar en los planes del emperador francés Napoleón III: éste había invadido México para exigir el pago de las deudas del gobierno de Benito Juárez en 1861 y, una vez allí, había decidido convertirlo en un Estado satélite, desde el cual contener la influencia anglosajona en América Latina en beneficio de Francia, aprovechando el debilitamiento de los Estados Unidos por la Guerra de Secesión (1861-65). 

Napoleón hizo que la asamblea de notables conservadores que lo apoyaban en México ofreciera la corona del país a Maximiliano, para así reconciliarse con Austria y compensar la pérdida del Piamonte. Maximiliano aceptó en 1864 y se convirtió en emperador de México, apoyándose en la opinión católica y conservadora frente a los liberales de Juárez, que contaban con el apoyo popular. 

Maximiliano primero aplicó una política encaminada a propósitos liberales afectando a los grupos conservadores, pues con los decretos sobre nacionalización de bienes eclesiásticos y de libertad de cultos ratificó las Leyes de Reforma juaristas. Su popularidad fue cayendo no sólo ante los ojos de los conservadores mexicanos que lo colocaron en el poder, sino ante el mismo Napoleón III, quien le retiró su ayuda económica y militar. 

Las fuerzas nacionalistas liberales provocaron una guerra civil y obligaron a Maximiliano a pedir ayuda a sus promotores. La emperatriz Carlota viajó a Francia y Roma para pedir apoyo pero durante su estancia en Europa enloqueció, por lo que quedó recluida en Tervuren, Bélgica. Las fuerzas liberales comandadas por los generales Ramón Corona y Mariano Escobedo avanzaron hasta Querétaro, en donde los enfrentó el mismo emperador y los generales Miguel Miramón y Tomás Mejía, sin éxito. Fueron aprehendidos y sentenciados a muerte, lo que se ejecutó en el Cerro de las Campanas, el 19 de junio de 1867. Sus restos fueron enviados a Austria y enterrados allí.

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